¿Qué nos motiva?
Una confesión y una declaración. En agosto de 2020 una docente que entrevisté para un reportaje me confesó: “yo hubiera involucionado si me quedaba solamente en la escuela. Enseñar de manera extraescolar me despertó la ilusión de poder generar cambios y dejar huellas en los estudiantes desde un espacio propio”.
Y una declaración del famoso empresario estadounidense Elon Musk: “El lenguaje hablado pronto podría quedar obsoleto ante el desarrollo de la tecnología… Los «sonidos de la boca» no serán más que un vestigio del pasado”.
Esto me produjo un profundo desconcierto: ¿por qué la enseñanza escolar involuciona? ¿Cómo es que la Inteligencia Artificial evoluciona y quienes invierten en ella se entusiasman pensando en una humanidad muda? ¡Si estamos hechos de lenguaje! ¡Dejar obsoleto el lenguaje hablado es dejar obsoleto a la propia humanidad!
Pero, efectivamente, cada vez más lingüistas, traductores y profesores de letra colaboran con la industria tecnológica para enseñar a las máquinas a leer, hablar y escuchar, mientras cada vez más chicos comprenden menos lo que leen ni logran exponer por varios minutos una idea con cierta fluidez.
Después de procesar internamente dicha confesión y declaración me quedó claro que necesitaba hacer algo más que crear materiales didácticos; necesitaba ampliar mi visión profesional y emprender acciones orientadas a la persona humana, a la que hará posible una humanidad mejor, por lo tanto, una educación mejor.
El motivo de Magna Lengua es más que una motivación personal. Involucra a todos los que están dispuestos a contribuir en el enorme acto colectivo de mantener nuestra dignidad humana por medio de una educación mejor, una enseñanza respetuosa y el uso auténtico de nuestra gran capacidad innata que es el lenguaje.
Mónica Molina, fundadora